En un lamentable suceso que destaca la preocupante propagación de la gripe aviar, el Departamento de Conservación Ambiental de Alaska informó sobre la muerte de un oso polar en North Slope. Este evento marca un hito, ya que se confirma que el oso polar fue la primera víctima conocida de la influenza aviar altamente patógena, una enfermedad que afecta a poblaciones de animales en todo el mundo.
El Dr. Bob Gerlach, veterinario del estado de Alaska, reveló que la causa de la muerte del oso polar fue la influenza aviar altamente patógena, detectada a través de un muestreo y estudio realizado por el Departamento de Manejo de Vida Silvestre del condado de North Slope. El oso polar fue hallado muerto en octubre cerca de Utqiagvik, marcando un preocupante desarrollo en la salud de la fauna ártica.
Este trágico suceso llevó a que el oso polar fuera la primera especie incluida en la Ley de Especies en Peligro de Extinción en Alaska debido a la influenza aviar. En 2008, ya habían sido catalogados como amenazados debido al cambio climático y la disminución del hielo marino, su hábitat natural. Este nuevo acontecimiento resalta la vulnerabilidad de estas majestuosas criaturas ante amenazas biológicas emergentes.
La teoría predominante sobre la contracción del virus apunta a que el oso polar pudo haber ingerido el virus al hurgar en aves muertas, a pesar de que su dieta típica consiste en focas cazadas en el hielo marino. El Departamento de Conservación Ambiental explicó que, si un ave muere de gripe aviar, especialmente en ambientes fríos, el virus puede persistir en el entorno, creando una posible vía de contagio para otras especies.
Este triste suceso resalta la necesidad urgente de abordar la propagación de enfermedades infecciosas en la vida silvestre y subraya la interconexión de los desafíos medioambientales a nivel global.
