La obsesión por el consumo impulsado por las redes sociales está generando una preocupante tendencia de gastos excesivos y falta de ahorros entre las generaciones más jóvenes.
La ‘dismorfia del dinero’ emerge como un fenómeno preocupante que afecta la salud financiera de las generaciones más jóvenes, llevándolos a tomar decisiones económicas poco saludables. Aunque no se trata de un trastorno psiquiátrico, este concepto refleja una alteración en la percepción del dinero y las finanzas, impulsada en gran medida por la exposición a las redes sociales.
El influjo de las plataformas digitales ha creado una cultura de consumo excesivo, donde comprar maquillaje caro, ropa de marca, viajes y otros lujos se convierten en prioridades sobre el ahorro responsable. Este comportamiento, alimentado por la presión social y la búsqueda de estatus, deja a muchos jóvenes al borde del endeudamiento y la insatisfacción financiera.
Para combatir esta tendencia, los expertos recomiendan reconocer el problema y buscar ayuda profesional si es necesario. Además, enfatizan la importancia de establecer un presupuesto mensual realista y reducir el tiempo dedicado a las redes sociales para mitigar la ansiedad y el consumo impulsivo. En un mundo donde la apariencia y el estatus económico son tan valorados, el desafío radica en cultivar una relación saludable con el dinero y aprender a priorizar el bienestar financiero a largo plazo.