La veneración a San Jorge perdura en Durango, donde los fieles continúan encomendándole la protección, especialmente para los niños, durante la temporada de calor, cuando aumenta la incidencia de picaduras de alacrán.
En conformidad con la tradición arraigada, los duranguenses se congregaron el martes en la Catedral con ofrendas como ramos de flores, velas o cordones morados, buscando bendiciones y protección.
«El día de San Jorge sigue siendo muy tradicional aquí en Durango debido a la protección que ha brindado a nuestra ciudad y a todos los duranguenses», explicó Noé Soto, portavoz de la Arquidiócesis de Durango.
Se remonta a la llegada de los españoles a Durango la elección de San Jorge como patrón, principalmente debido al temor causado por las picaduras de animales venenosos.
San Jorge, un caballero medieval que según la tradición derrotó a un dragón, simboliza la victoria del bien sobre el mal. Además, su figura recuerda a las personas la importancia de fortalecer su fe.
