En cualquier etapa de la vida, el acercamiento sano con personas estimadas puede generar sensaciones maravillosas, brindando tranquilidad y paz. ¡Descubre el efecto terapéutico de dar y recibir abrazos!
Cuando te sientes triste o desanimado, un abrazo de alguien significativo te brinda alivio y tranquilidad. El Instituto de Neurociencias señala que abrazar desencadena una respuesta masiva de endorfinas y libera oxitocina, la «hormona del amor», reduciendo ansiedad y estrés.
La psicóloga Celeste Caldera Sánchez destaca que los abrazos son esenciales desde la infancia, generando sustancias positivas que reducen el miedo y el estrés. También, señala la importancia de la paciencia y el respeto para aquellos que hayan experimentado violencia en la infancia.
La psicoterapeuta María Irene Murguía García comparte la relevancia del contacto físico en los primeros años de vida, subrayando la importancia de la atención y la confianza básica. En la adolescencia, se vive el desafío de buscar autonomía y, al mismo tiempo, anhelar abrazos que brinden seguridad.
Ambas expertas coinciden en la importancia del contacto físico, destacando que incluso en la actualidad, donde la tecnología domina, los abrazos siguen siendo un antídoto contra la soledad y una necesidad vital para el bienestar humano. ¡Propiciemos el contacto físico y la calidad humana!